OSCAR COSTA

Este autor, es un profesor madrileño que, de forma voluntaria, se ha involucrado de manera total con sus alumnos para conseguir que puedan llegar a comprender la importancia de las nuevas tecnologías y lo que puedan experimentar con ellas. Óscar, ha diseñado unas gafas virtuales de bajo coste, hechas de cartón, con las que imparte clase de una manera totalmente diferente, llevando a sus alumnos desde la Luna hasta la antigua Roma, " es una tarea a los docentes para que no enseñen a sus alumnos solo lo que ponen los libros de texto, sino que los lleven hasta el lugar de los hechos" así defiende su tarea, aunque aún así la falta de recursos, y la brecha digital de alguno de sus compañeros no le supone una tarea fácil.

Óscar comenzó a impartir clase con esas gafas, pero el colegio no dispone de recursos suficientes como para proporcionar unas gafas de realidad virtual a cada alumno, así que Óscar tuvo que buscar y encontró la solución, gracias a la aplicación de Google Cardboard.

Google Cardboard es una plataforma de realidad virtual desarrollada por Google sobre la base de cartón plegable, de allí su nombre, que funciona a partir de montar un teléfono móvil inteligente con Android , esta fue la solución de Óscar ya que dan un resultado muy parecido, con la diferencia de que unas gafas de realidad virtual cuestan 700 euros y las Cardboard pueden costar unos 3 euros.

El autor, asegura que esta técnica motiva muchos más a los alumnos que el tradicional libro de texto, ya que les aporta la sensación de viajar el pasado o poder viajar en ese mismo instante, aunque sea de manera irreal, añadiendo así que esta técnica ayuda a niños con dificultades en el aprendizaje. Por ejemplo, un niño con déficit de atención no consigue seguir una clase entera sin distraerse, por lo que si le ponemos las gafas el niño podrá ir andando, moverse, ver que sucedía en alguna época determinada o poder ver distintos tipos de animales o incluso dinosaurios. O también hacer de esto una tecnología que ayude a los alumnos con autismo en su día a día. Su plan pasa por hacer de la realidad virtual un instrumento con el que ayudarles a que se acostumbren a un nuevo entorno.

"La principal dificultad que tienen es la adaptación a medios que les son desconocidos, es decir, si les cambias de colegio, si cambian de barrio en el que vivir... ", explica el maestro. "Estamos estudiando la posibilidad de crear vídeos en 360 grados que luego se puedan reproducir con las Cardboard para que, en un entorno que ellos controlan, podamos trabajar ese primer contacto".

Aunque Costa advierte que la realidad virtual también hay que saber usarla. Si bien en su caso los alumnos han respondido con más y más motivación, el docente recuerda que los profesores deben valorar primero la herramienta para buscar la más apropiada. " Lo que no puedes hacer es ponerles a niños de 4 años el mundo submarino, porque se van a asustar en cuanto vean a un tiburón", reflexiona.

Sin duda, Óscar habla de que no tiene la menor duda, la enseñanza a golpe de realidad virtual es el futuro. Si hace unos años se miraba con gran escepticismo, hoy representa un potencial rival para los libros de texto. "Se buscan cosas interactivas que capten la atención del alumno y que potencien su aprendizaje, no a corto plazo sino un aprendizaje que perdura en el tiempo", sentencia.

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