ZYGMUNT BAUMAN

Zygmunt Bauman (Poznań, 19 de noviembre de 1925-Leeds, 9 de enero de 2017)1​ fue un sociólogo, filósofo y ensayista polaco de origen judío. Su obra comenzó en la década de 1950, en la cual se ocupa, entre otras cosas, de cuestiones como las clases sociales, el socialismo, el holocausto, la modernidad y la posmodernidad, el consumismo, la globalización y la nueva pobreza.

Bauman es el autor que desarrolló el concepto de la "Modernidad Líquida" y el "Aprendizaje Líquido".

La modernidad líquida, también llamada modernidad tardía, de la que habla Bauman, es la caracterización de las actuales sociedades globales altamente desarrolladas, como continuación de la modernidad, en lugar de como pasaje a una nueva era enunciada como posmodernidad. La modernidad líquida, está marcada por las economías capitalistas globales, con su privatización creciente de servicios y la revolución de la información.

Cuando Bauman habla sobre la revolución de la información, se refiere a la "Era de la información" (también conocida como Era Digital o Era Informática), que se trata del periodo de la historia de la humanidad que va ligado a las tecnologías de la información y la comunicación. El comienzo de este periodo se asocia con la revolución digital (cambio de la tecnología analógica, mecánica y electrónica a la tecnología digital) que tiene sus antecedentes en tecnologías como el teléfono, la radio o la televisión, que hicieron que el flujo de información se volviese más rápido que el movimiento físico.

Bauman cuando escribió sobre la Modernidad Líquida, quiso reflejar sus consecuencias en los individuos. Se trata, para el autor, de una continuación caótica de la modernidad, donde una persona puede cambiar de una posición social a otra de manera fluida. Acentúa la nueva carga de responsabilidad que el modernismo líquido coloca en los individuos, en donde los patrones tradicionales son reemplazados por otros auto-escogidos. La expresión "modernidad líquida" busca definir un modelo social que implica "el fin de la era del compromiso mutuo", donde el espacio público retrocede y se impone un individualismo que lleva a "la corrosión y la lenta desintegración del concepto de ciudadanía".

En relación a la Era de la información, mencionada anteriormente, Bauman habla sobre las redes sociales, de las cuales no está muy a favor. El autor piensa que la identidad ha sido transformada de algo que viene dado a una tarea: tú tienes que crear tu propia comunidad. Pero no se crea una comunidad, la tienes o no; lo que las redes sociales pueden crear es un sustituto.

La diferencia entre la comunidad y la red es que tú perteneces a la comunidad pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas. La gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales. Estas las desarrollas cuando estás en la calle, o vas a tu centro de trabajo, y te encuentras con gente con la que tienes que tener una interacción razonable. Ahí tienes que enfrentarte a las dificultades, involucrarte en un diálogo. Mucha gente usa las redes sociales no para unir, no para ampliar sus horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que Bauman llama, zonas de confort, donde el único sonido que oyen los individuos es el eco de su voz, donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara. El autor da mucho hincapié a que las redes son muy útiles y que dan servicios muy placenteros, pero dice que son una trampa

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